«Yo puedo coger tu voz y ponerla en mi almohada para dormir», le dijo alguna vez una locutora de radio a Willy Rodríguez cuando apenas comenzaban a conocerse las canciones de La Dulzura, aquel álbum que el mundo escuchó por primera vez en 2010. Desde entonces han sido diez años de trabajo, éxitos y conciertos memorables que hoy viven en la memoria de sus seguidores. Si algo caracteriza a la agrupación boricua es su valentía y determinación y con esa misma fuerza regresaron al estudio para grabar Sobrevolando (2019), su más reciente disco que salió al mercado e inmediatamente se abrió un espacio entre las colecciones de la música latinoamericana. Sus canciones se derramaron por los parlantes y llenaron las habitaciones, y como si fuera poco, decidieron darle gusto a los amantes de la música que buscan palpar con las manos, observar con detalle: el relanzamiento oficial de La Dulzura en vinyl en su décimo aniversario.
«Nos sentimos bien dichosos de tener la oportunidad de plasmar nuestra música en vinyl y ofrecerles esta colección especial a nuestros seguidores», señaló Willy Rodríguez. Hace una década cuando se estrenó La Dulzura las críticas no se hicieron esperar: que no era el reggae contestatario que tanto caracterizaba a la banda, que se había vuelto comercial, que solo hablaba del amor. Pero no se trataba de un amor «romántico» que se puede comprar en la tienda de la esquina, sino de ese amor intenso que sólo se revela con el paso del tiempo, ese que te obliga a respirar, pensar, proponer y actuar.
Con arreglos de ensueño, vientos estridentes y un bajo de ultramar las doce canciones del álbum, que alcanzó el número uno en la lista de música tropical de iTunes, el número 3 en Puerto Rico y el número 5 en la lista de Billboard en Latinoamérica, se convirtieron en himnos entonados al unísono por las miles y miles de personas que los vieron montarse en una tarima durante este tiempo. Una década más tarde La Dulzura ya roza las 1.000 millones de reproducciones en todas las plataformas digitales.
Los tocadiscos están listos para girar a 33 rpm y sentir en sus agujas los caminos del disco: «Escucha mi cantar, recuerda no olvidar/ caminando a la claridad». Cultura Profética está en la cima y reconocimientos como las dos nominaciones a Heat Latin Awards (2017), el Premio Gaviota de Oro y Plata en el festival de Viña del Mar en Chile (2015), Discos de Oro y las nominaciones para Billboard Latin Music Awards así lo demuestran, pero Willy Rodríguez, Eliut González, Omar Silva, Juanque Sulsona y Bebo Rodríguez siguen dando un paso tras otro junto a su gente, como lo han dejado claro en cada una de sus canciones.
Ahora la agrupación, de la mano de La Mafafa Discos, el sello independiente que fundó cuando lanzó su segundo álbum de estudio en 1999, vuelve a entregarle a sus seguidores esa bandera de independencia y libertad para que se sumerjan una y otra vez en un trabajo que en su momento obtuvo un disco de oro por su récord en ventas y hoy hace parte de la selección más predilecta del continente: «Quieren que grite, que agite masas / Y que repique to’ lo que pasa. / Y aunque ese fuego de la costumbre / No se critica por criticar».
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